El suicidio es un problema de salud pública que afecta a nivel mundial causando un millón de muertes cada año alrededor de todo el mundo. Reportes de la OMS del año 2020, indican que 10,2 millones de personas cometen algún tipo de conducta autolesiva que generalmente requiere atención médica y cerca de 30 millones estarían en riesgo de cometer este tipo de conductas, lo alarmante es que muchas de estas personas no reclaman asistencia médica.
¿Qué es el suicidio?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio se define como la acción intencional de quitarse la vida, pero también hay que familiarizarse con otras definiciones que están relacionas con este término y son muy importantes dentro del contexto de la detección y prevención. Así tenemos los siguientes: intento de suicidio: es el acto de violencia dirigido hacia uno mismo, que busca terminar con la vida, sin que este tenga éxito. La ideación suicida: hace “Refiere a pensamientos acerca de suicidarse, con diversos grados de intensidad y elaboración. Este término se refiere también al sentimiento de estar cansado de la vida, la creencia de que no vale la pena vivir y el deseo de no despertar del sueño. Si bien estos sentimientos (o ideaciones) diferentes expresan distintos grados de gravedad, no existe necesariamente una continuidad entre ellos”.
¿Cuáles son los factores de riego?
Existen diferentes factores de riesgo que afectan a diferentes esferas del desarrollo del individuo, estos tienen que ver con las dificultades para obtener acceso a la atención de salud y recibir la asistencia necesaria, la fácil disponibilidad de los medios utilizables para suicidarse y la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas o por problemas de salud mental y de consumo de sustancias psicoactivas.
También están factores sociales como las guerras y los desastres, la discriminación, el sentido de aislamiento, el abuso, la violencia y las relaciones conflictivas. Y entre los factores de riesgo a nivel individual cabe mencionar intentos de suicidio previos, trastornos mentales, consumo nocivo de alcohol, pérdidas financieras, dolores crónicos y antecedentes familiares de suicidio.
¿Cómo prevenirlo?
Para la prevención hay que promover hábitos saludables tales como: fomentar relaciones sociales saludables, realizar deporte y actividades culturales, aprender a gestionar el estrés y las emociones mantener una alimentación saludable, promover la comunicación en casa, estar alerta a cambios en la conducta y sobre todo hablar abiertamente sobre el tema y desmitificarlo para que deje de ser un tabú.
Es importante considerar que para la prevención del suicidio se debe estar atentos a señales de alerta que pueden presentarse en las personas que consideran quitarse la vida. La mayoría de las personas dan algún tipo de señal de advertencia que pueden ser inadvertidos o pueden ser evidentes. Hay que tomar en cuenta que las personas que intentaron suicidarse antes corren mayor riesgo de volver a intentarlo.
Las señales que pueden dar las personas que están pensando en suicido pueden ser expresiones indirectas como: “la vida no tiene sentido”, “a nadie le importa si vivo o muero”, “desearía no volver a despertar”, o preguntas como “¿duele morir?, o ¿me extrañarían si muero? O pueden ser directas como: “voy a desaparecer mañana”, o “cuando muera van a extrañarme” e incluso pueden hacerlo de forma escrita como escribir una carta de despedida o un testamento. Para esto también suelen utilizar las redes sociales para despedirse o anunciar sus planes.
Finalmente hay que recordar que si en algún momento estamos pasando por una situación de estas o conocemos a alguien que este en tal situación es importante pedir ayuda a profesionales y centros especializados en el manejo del suicidio.
En el siguiente link puedes encontrar más información sobre el tema: https://www.salud.gob. ec/prevencion-de-suicidio-salud-mental/ además se encuentran algunos números de diversas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en cada zona de Salud que podrán orientarte y ayudarte.